martes, 23 de noviembre de 2010

por - Yorman Montero Díaz - yormanmonterodiaz@gmail.com

Un balance sincero exigen las bases en Carabobo

Han pasado cerca de dos meses del proceso electoral parlamentario que se realizó en el país. Dichos resultados ya lo comentamos en un artículo anterior, donde éstos significaron una victoria para el movimiento revolucionario al conquistar la mayoría de legisladores sobre los candidatos de la derecha venezolana. Hasta allí vamos bien. Ahora, la cuestión es que necesariamente esos resultados ameritaban una lectura muy crítica de parte nuestra, tanto lo ocurrido a nivel nacional como también en Carabobo.

Sobre el análisis de los resultados a escala nacional se han dedicado muchos comentarios en los distintos medios revolucionarios impresos, radiales televisivos y digitales. Por lo tanto, haremos un esfuerzo por centrarnos en la situación del estado Carabobo.

El movimiento revolucionario venía de importantes victorias en los procesos anteriores que significaban una sensación de control sobre la contrarrevolución carabobeña. Aunque en el 2008 no se alcanzó conquistar la gobernación para el candidato del PSUV, sí se logró, en ese momento, ganar 11 de las 13 alcaldías que se estaban definiendo electoralmente, como también una mayoría importante del PSUV en el Consejo Legislativo del estado Carabobo, lo que haría suponer que el gobernador Salas Feo tendría una gestión cuesta arriba, que le impediría gobernar este estado con la arrogancia y prepotencia que caracteriza a la familia Salas.

No todo quedaba allí. Luego de esos resultados del 2008, a pocos meses, se convoca un proceso de consulta para aprobar la Enmienda Constitucional a los artículos 160, 162, 174, 192 y 230 respectivamente. En esa ocasión, en Carabobo, tal como también ocurrió a nivel nacional, el movimiento revolucionario logra derrotar a la derecha. Con un escenario como ese, en donde sale derrotado el gobernador Salas Feo y la burguesía Carabobeña, todo haría pensar que era el gran momento para el avance hacia la profundización de la revolución, teniendo la inmensa mayoría de los alcaldes, el Consejo Legislativo y el resultado de una importante victoria en el estado que arrojó la enmienda.

Lamentablemente no fue así. Con todas las condiciones favorables para iniciar verdaderamente un proceso de profundización de la revolución en Carabobo, que lograra echar definitivamente a la burguesía del gobierno regional y así desplazarla del poder, la dirección del PSUV en el estado fue incapaz de marchar correctamente para conquistar los cambios deseados por las mayorías en Carabobo. Nadie puede explicarse cómo después de un año -y luego de ese escenario político- hoy el balance es que hemos retrocedido cerca de 100 mil votos en comparación con la enmienda del 2009. Además tenemos un gobernador envalentonado, soberbio y manipulador que no ha encontrado en la dirigencia regional de nuestro partido la oposición necesaria para haberlo neutralizado políticamente hace rato.

Las razones que podemos enumerar sobre la recuperación numérica de la derecha en Carabobo (aumentó su cantidad de votos en todos los municipios) y la altanería cada vez mayor del nefasto gobernador, obedece a la razón que en ningún momento ha existido una política seria y revolucionaria de parte de la dirección regional para construir la alternativa de gobierno que desplace en el 2012 a la derecha. Lo que ha ocurrido es una especie de mediación, de coexistencia y un pacto de no agresión con la burguesía, aunque desde el lado de Salas Feo éste nunca ha dejado de atacar al proceso revolucionario ni al comandante Chávez, cosa distinta del lado de la dirigencia estadal del PSUV, que sólo días antes de las elecciones parlamentarias del 26 de septiembre se percataron que el atolondrado mandatario regional estaba mintiendo sobre el tema de los recursos entregados a su gestión y, además, se demostró que de parte del Gobierno Nacional jamás han dejado de enviarle los recursos que él dice no recibir. Por cierto, sería interesante saber cómo marchan las investigaciones de las denuncias que realizaron miembros del buró del PSUV, ya que el pueblo carabobeño espera de las instituciones del estado que den respuestas sobre las manipulaciones del gobernador del estado y que éste, asimismo, explique que ha hecho con el dinero que sí ha recibido.

Por otra parte, un elemento importante a considerar es la desmovilización que vienen teniendo las bases populares del chavismo en este estado. Encontrar las razones sobre el porqué hemos tenido un descenso en la participación de los 14 municipios. ¿Por qué se ha perdido la efervescencia y la subjetividad de apoyo a la revolución?, esa incógnita hay que resolverla urgentemente. ¿Qué ha pasado con los sectores populares que en los inicios de la revolución en Carabobo fueron capaces de rescatar la refinería El Palito y la planta de llenado en Yagua, durante el paro golpista del 2002?

Hoy un balance responsable en el estado debería revisar, sin posiciones acomodaticias en el análisis, todas estas situaciones. De no ser así, se volvería a cometer un grave error en querer hacer ver que el problema está en la falta de conciencia del pueblo. Si no se asume en la dirigencia del PSUV que no ha existido un partido con vinculación real en las masas, una dirigencia cercana al pueblo y a su militancia, que no hemos sido capaces de resolver problemas elementales y necesidades de la gente, entonces la soberbia y la prepotencia seguirá apartando al partido de las bases populares en el estado.

Se hace necesario recuperar la calle y la movilización popular en Carabobo. Ya pasaron los tiempos de confundir a la gente con gestiones de pan y circo; presentarles como obra revolucionaria las realizaciones de ferias (que igual hace la burguesía) y llamarlas “socialistas”, ya no estamos en momentos de los potes de humo, se acabaron ya las patrullas fantasmas que nunca se reunieron. Hay que oír lo que tienen que decir los voceros y voceras, los trabajadores, los estudiantes, las mujeres, los facilitadotes, los jóvenes y los luchadores sociales. Hay que oír al pueblo.

Ese ejercicio es vital para garantizar la continuidad de la revolución en el 2012 y, por ende, la victoria del Comandante Chávez. Ésa la gran tarea en Carabobo: activar la militancia permanente del partido, esa labor es de todas y todos.

Vemos de manera optimista el despertar en algunas zonas carabobeñas con la realización asambleas del poder popular y reuniones para tratar los temas que hoy se discuten en el país. Estos encuentros deben continuar y fortalecerse en estos momentos. Ante la inactividad y ceguera de quienes deben dirigir estos procesos en Carabobo, las bases populares sí han entendido que en la tardanza está el peligro.

Yorman Montero Díaz

yormanmonterodiaz@gmail.com

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